El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad ha postergado la posibilidad de entablar negociaciones entre su país y demás potencias nucleares hasta mediados de agosto próximo.
Para castigar a los miembros del Consejo de Seguridad por la decisión tomada respecto a Irán el 09 de junio último, Ahmadinejad dejó en claro que "Si quieren reanundar las conversaciones tienen que aclarar si están a favor o en contra de que los Sionistas tengan la bomba atómica, si pretenden negociar dentro o fuera del marco del NPT y con qué objetivo", estableciendo que su nación no volverá a discutir su programa nuclear con ningún Estado hasta la segunda mitad del mes de Ramadán.
Toda esta discusión se da en el marco del paquete de sanciones económicas que los grandes poderes resolvieron en el Consejo de Seguridad de la ONU en la fecha mencionada. Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña habían acordado a principios de junio endurecer las sanciones a la nación iraní, aprobando medidas tales como: ampliar el embargo de armas para que Irán no pueda adquirir legalmente armamento; derecho a que las potencias puedan inspeccionar aviones y barcos iraníes si consideran que transportan carga sospechosa; y además aumentando la cantidad de empresas con las cuales queda prohibido negociar. Sin embargo, las sanciones no incluyen ningún tipo de veto hacia las transacciones petroleras del Estado iraní, algo que realmente podría perjudicar la economía de aquella nación.
De modo que la represalia iraní consiste en mantener expectantes a las grandes potencias sobre el futuro de los planes nucleares de su nación, limitando el margen del accionar de los grandes poderes a partir del plazo impuesto por Irán; y a su vez queda manifiesto que, por el momento, los intentos de acercamiento por parte de Brasil y Turquía no están rindiendo frutos.
Para castigar a los miembros del Consejo de Seguridad por la decisión tomada respecto a Irán el 09 de junio último, Ahmadinejad dejó en claro que "Si quieren reanundar las conversaciones tienen que aclarar si están a favor o en contra de que los Sionistas tengan la bomba atómica, si pretenden negociar dentro o fuera del marco del NPT y con qué objetivo", estableciendo que su nación no volverá a discutir su programa nuclear con ningún Estado hasta la segunda mitad del mes de Ramadán.
Toda esta discusión se da en el marco del paquete de sanciones económicas que los grandes poderes resolvieron en el Consejo de Seguridad de la ONU en la fecha mencionada. Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña habían acordado a principios de junio endurecer las sanciones a la nación iraní, aprobando medidas tales como: ampliar el embargo de armas para que Irán no pueda adquirir legalmente armamento; derecho a que las potencias puedan inspeccionar aviones y barcos iraníes si consideran que transportan carga sospechosa; y además aumentando la cantidad de empresas con las cuales queda prohibido negociar. Sin embargo, las sanciones no incluyen ningún tipo de veto hacia las transacciones petroleras del Estado iraní, algo que realmente podría perjudicar la economía de aquella nación.
De modo que la represalia iraní consiste en mantener expectantes a las grandes potencias sobre el futuro de los planes nucleares de su nación, limitando el margen del accionar de los grandes poderes a partir del plazo impuesto por Irán; y a su vez queda manifiesto que, por el momento, los intentos de acercamiento por parte de Brasil y Turquía no están rindiendo frutos.
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