domingo, 3 de octubre de 2010

Obama y su plan para la NASA

El plan espacial del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, fue finalmente aprobado por el Congreso norteamericano. El mismo reestablece algunos de los objetivos y misiones de la NASA.

Por un lado, se cancela el regreso a la Luna (programa que había sido implementado por la Administración precedente); mientras que se sitúan nuevos objetivos (un asteroide 2025 y Marte 2030).
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Este elemento representa un recorte drástico para el Centro Espacial Kennedy, dada la cancelación de proyectos como el Constellation y el Ares I, programas que se encontraban en marcha y para los cuales ya se había invertido más de 7 millones de euros.

El aspecto más controvertido del plan presentado por el presidente apunta a hacer de la NASA no un proveedor, sino un cliente, de servicios de lanzamiento de tripulación hacia la Estación Espacial Internacional.
Esta cuestión permite que cinco importantes firmas (Boeing, Blue Origin, Paragon Space Development, Sierra Nevada, y United Launch Alliance) trabajen en conjunto con la NASA en materia de desarrollo; lo cual significa un gasto de 50 millones de dólares, además de dejar que empresas sin la experiencia suficiente en materia espacial sean parte de proyectos de una agencia como la NASA. Hasta que las corporaciones en cuestión se encuentren capacitadas para dichas tareas, la NASA dependerá de Rusia para el transporte de sus trripulantes, con un costo aproximado de 50 millones de dólares por persona enviada al espacio. Se cuestiona que en los próximos años Estados Unidos siga a la vanguardia de la expansión espacial.

sábado, 2 de octubre de 2010

Crisis en Ecuador

El pasado 30 de Septiembre la región suramericana ha sido testigo del intento de golpe de Estado contra el gobierno de Rafael Correa.
La sublevación, perpetrada por fuerzas policiales, se desató luego de que se aprobara la Ley de Servicios Públicos que limita en gran medida beneficios a los oficiales de policía. En tanto, el argumento esgrimido por el gobierno indica que no se trató de una simple revuelta salarial, sino de una premeditado golpe a la institucionalidad de dicha nación.

Ante el anuncio de Correa, fuerzas policiales comenzaron a agredirlo (el presidente en cuestión recibió un impacto de gas lacrimógeo) y se procedión a la retención de Correa durante once horas, tiempo que estuvo cautivo en el Hospital de la Policía. En ese escenario, las fuerzas en cuestión también decidieron tomar la Asamblea Nacional y el aeropuerto de Quito, desatando tensión al interior de la sociedad ecuatoriana (registrándose varios saqueos, así como marchas a favor y en contra del ataque).

A diferencia de los tradicionales golpes de Estado en la región, quienes lograron rescatar a Correa han sido las Fuerzas Armadas ecuatorianas. Luego de una guerra campal -entre policías y militares- en el hospital donde se encontraba Correa, los militares pudieron sacar al mandatario del edificio. Ante el panorama que puso en tensión a la región entera, el gobierno de Correa ha decidido desplazar a tres coroneles de la Policía nacional, así como declarar Estado de emergencia que abarca el territorio de Ecuador.

A nivel regional, dos organismos que se han manifestado en contra del intento de golpe han sido OEA y UNASUR. Mientras que Insulza se movilizó a Ecuador ha demostrar su apoyo al régimen constitucional del presidente Correa, en el portal de la OEA se dio a conocer que el Consejo Permanente emitió una Resolución de condena y repudio a dicho intento de alteración a la institucionalidad democrática de Ecuador.
En cuanto a UNASUR, los presidentes de la región resolvieron reunirse de emergencia en Buenos Aires; donde se comenzó con la elaboración de un estatuto que sancionará cualquier intento de golpe de Estado, la "Cláusula Democrática".