domingo, 25 de abril de 2010

La Era del Hielo

La necesidad de poseer recursos se hace evidente. Y no importa dónde haya que buscarlos, los Estados más poderosos siempre están a la expectativa para encontrar –y hacerse de- fuentes de riqueza que aún no hayan sido extraídas. Necesidad, esa es la premisa sobre la cual los Estados propios de la zona del Ártico están proyectando de modo estratégico parte de sus políticas exteriores. Ante un contexto en el cual la totalidad de los territorios se encuentra bajo regulación soberana, las potencias aún tienen un lugar por el cual pueden entrar en conflicto: el espacio polar, en este caso el Ártico.

Dada la escasa posibilidad de contar con nuevas fuentes de recursos y vías de comunicación, la zona del polo norte pasó a ser la nueva preocupación de las potencias en el siglo XXI. Y la carrera está encabezada principalmente por cinco actores: Estados Unidos, Rusia, Canadá, Islandia y Noruega.

El interés que estos Estados poseen en dicho espacio reside en su importancia geoestratégica: se considera que representa –posiblemente- el 25% de las reservas de gas y petróleo mundiales, y además cuenta con la existencia de otros minerales, además de las ventajas que significan poseer una mayor extensión territorial. En cuanto al comercio, cualquier Estado estaría interesado en hacerse de la soberanía de áreas con vastos flujos de comunicación y rutas marítimas.

Los reclamos que los interesados realizan ante Naciones Unidas no encuentran resolución, dado que el resto de los Estados no reconoce el “derecho” al ejercicio del poder soberano de las potencias involucradas en el conflicto.

Rusia ha comenzado hace varios años con la expedición “”científica”” en la zona. Al igual que en el alunizaje norteamericano, la llegada de dos submarinos –Mir 1 y Mir 2- a las profundidades del Ártico –una distancia de 4.200 metros para abajo- en 2007 culminó con la colocación de una bandera de titano, gesto bastante discutido por las autoridades foráneas, en especial las canadienses. Lo que buscan los científicos rusos es demostrar que la extensión submarina de la cordillera de Lomonosov es la extensión de la plataforma continental de Rusia. De ser así, la soberanía de la zona en disputa podría ser detentada por el Kremlin de conformidad con el derecho internacional. Los diversos reclamos formales presentados ante la ONU –juez en este tipo de controversias interestatales, dada su naturaleza reguladora según lo estipulado en la Convemar (Convención sobre el Derecho del Mar, Jamaica 1982)- no tuvieron éxito ya que los argumentos expuestos no cuentan con suficiente evidencia, de acuerdo a la organización.

En cuanto a Canadá, la estrategia implementada consiste en desarrollar sus fuerzas armadas. Una mayor presencia castrense habilita a detentar de modo real la soberanía, por más derecho que conceda la ONU o cualquier instrumento legal internacional. Así es entendida la situación por el primer ministro conservador Stephen Harper. Una de las políticas implementadas consistió en transformar una instalación estatal en un centro dedicado exclusivamente para el entrenamiento militar ártico, en la zona de Nunavut. En cuanto al instrumento militar en sí, autoridades mencionaron la construcción de ocho naves patrulleras, en pos de ejercer esa soberanía que consideran propia. En el marco de reclamos legales realizados por este Estado, los canadienses consideran que el Estrecho de Anian forma parte de sus aguas continentales; argumento rechazado por Estados Unidos y Rusia.
Como se mencionó –y era de esperarse- Estados Unidos también posee intereses sobre la zona. La mera posibilidad de que existan yacimientos de recursos tan preciados y necesarios como petróleo y gas suma a la superpotencia al conflicto en cuestión. Y más aún si el área contiene una cuarta parte de los recursos energéticos mundiales que quedan por descubrir, de acuerdo a investigaciones realizadas por el Centro de Estudios Costeros de Estados Unidos. Desde la Oficina dicho Centro han anunciado que su nación tiene derechos sobre la zona en disputa, de acuerdo a datos que han revelado sus observaciones. El problema radica en que Estados Unidos no ratificó aún la Convemar, de modo que no cuentan con representantes que participen de las negociaciones, como el resto de los involucrados. Pero por otro lado, una de sus mayores ventajas consiste en la amplia capacidad naval que posee los norteamericanos.

Refiriéndonos a Dinamarca, es una nación partidaria del “Método de la línea media”. De acuerdo con esta propuesta, las aguas del polo ártico se dividirían tomando como parámetro la longitud de la costa más próxima; beneficiándose de este modo Dinamarca y también Canadá. Por otro lado, autoridades danesas han expresado sus intensiones en estudiar también la dorsal de Lomonosov.

Finalmente, Noruega podría lograr parte del territorio en caso de aplicarse el “Método del sector”, el cual consistiría en establecer al polo como centro, y desde allí trazar líneas hacia todas las longitudes. Además de contar con intereses en el Ártico, puso la mirada sobre el Mar de Barens; reclamándolo al igual que Rusia.

La cuestión radica en que la falta de soberanía en la zona hace retroceder a los Estados en el tiempo, y debido a ello se encuentran en un escenario en el cual no está definida la situación. La razón más simple: la anarquía sistémica. De modo que las naciones cuentan con diversos medios para hacer valer sus derechos. Sea recurrir a la vía legal, al uso de sus fuerzas armadas, o emprender expediciones de carácter científico hacen que el conflicto adquiera diversos matices y escenarios de conflicto; confrontando de modo “”virtual”” en foros de negociaciones –los Estados que sean parte de dichos ámbitos-, o de modo “”real”” al enfrentar las capacidades militares en el mismo área de disputa.
La pregunta acerca de qué dimensión privilegian los Estados en sus estrategias se vuelve recurrente: ¿Derecho o Poder?


Fuentes:
“Comienza la competencia por obtener los tesoros del Ártico”, 19/08/07: http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2007/08/19/hoy/mundo/1084884.html
“Rusia y la "fiebre del Ártico"”, 02/08/07: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_6927000/6927179.stm
“Rusia planta su bandera en el Ártico“, 02/08/07: http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2007/08/19/hoy/mundo/1084884.html